Se ha dejado querer… Desde que lo usamos y mencionamos en un trabajo del año pasado que estaba por salir («Iconografía militar en el ámbito del videojuego…»), ya pensábamos que se iba a quedar en el sueño de los justos. Por fin podemos forjar una espada sentaditos en nuestro silla gamer. Como muchas veces, a pasarlo bomba como medievalistas.